El metro desplazará a los 'diablos rojos' en Panamá

Para los que vivimos aquí no hubo sorpresas y Oderbrech junto con FCC se adjudicaron el contrato para la construcción de la línea 1 del metro de Panamá. No hubo sorpresas, porque solo había dos consorcios que concursaban y uno de los dos tenía que ganar. Sí fue una sorpresa para el grupo italiano el que perdieran, tanto así que se fueron sin firmar el acta. Pero, al margen de quién ganó, está el hecho de que el metro después de 16 meses de gobierno ya va tomando forma.

El país va a tener una infraestructura de primer mundo que va a solucionar parte del problema del transporte de los ciudadanos de la ciudad capital. ¿Era necesario un metro? Tal vez no, pero las autoridades electas se decidieron por esta vía de transporte público después de haberla prometido en campaña y tras el aval de los estudios pertinentes que acompañaron esta decisión. Durante estos meses se ha decidido la ruta más viable para albergar la L-1, se ha buscado el trazado más sencillo y más oportuno, el trazado que pudiese absorber la mayor cantidad de pasajeros posibles, la mejor opción de entre las posibles (a nivel de tierra o por vía aérea o subterránea), y tras analizarlo todo se decidieron por una ruta que a mi entender es viable porque va a transportar a más gente y con mayor eficiencia que el sistema de buses que ahora existe.

El sistema actual de transporte es un caos inimaginable para los que viven en ciudades del primer mundo; fue ideado en su día por el gobierno del general Torrijos y pretendía en ese momento devolver a los chóferes la propiedad de los autobuses así como la creación de cooperativas de transportistas para que estas fueran las dueñas de las líneas de autobuses. Este sistema con el paso de los años se ha ido deteriorando y cada vez, ha ido a peor, hasta convertirse en una verdadera pesadilla, unos pocos dueños acumulan todos los buses y por ende controlan las rutas, los chóferes trabajan sin ningún seguro social, sin ningún tipo de cobertura, trabajan para pagar una cantidad fija diaria a los propietarios además de los gastos que produzca el bus. El sistema es tan malo que nadie lo defiende, más bien todo lo contrario. El gobierno anterior trató de poner solución, pero el poder que ostentan los dueños de buses hizo imposible una solución, y el gobierno actual ha puesto un parche provisional llamado "metro bus" que funcionará en un futuro inmediato.

Así que la solución definitiva está en camino: "habemus metro" desaparecerán los diablos rojos (nombre que reciben los buses de la ciudad) y llegaran las modernas locomotoras que arrastrarán a los viajeros panameños por la ruta uno, desde los Andes hasta la Terminal. Pronto la solución al transporte de la ciudad capital habrá desaparecido, ¿o no?.

Quedará para los próximos gobiernos abrir las otras líneas de conexión para que Panamá tenga el metro que cubra rutas por toda la ciudad.