viernes, 13 de noviembre de 2009

La economía del milagro: 5% de crecimiento en 2010

“Llamé a Rodrigo Rato al FMI y le dije que no quería su dinero”, dijo Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, al recordar cuando tomó la decisión de cancelar la deuda con el organismo de crédito internacional.

El pasado domingo Lionel Barber y Jonathan Wheatley reprodujeron en un artículo escrito para Financial Times, una entrevista que les concediera el presidente de Brasil, Lula da Silva que no tiene desperdicio.

En una entrevista jugada por parte del presidente brasileño, Lula se aventuró a anticipar que su economía superará en 2010 el 5% de crecimiento, cuando el mundo apenas está saliendo de la recesión.

“Pronto tendremos US$ 300.000 millones (en reservas internacionales)”, afirmaba confiado Lula. Mientras las economías desarrolladas continúan endeudándose y llevando la deuda pública a niveles insostenibles, Brasil ha pasado a ser acreedor neto.

Sin dudas, la economía de Brasil se puede catalogar como una “economía del milagro”. Claro, este tipo de calificativos son válidos cuando no se pueden identificar elementos concretos que justifiquen tamaña evolución de la economía en tan poco tiempo, pero en el caso de Brasil, los fundamentos son claros. El tener una política de Estado y priorizar una política económica predecible y sana, que no se desvía ante objetivos de corto plazo, son elementos en los que se apoya el “milagro brasileño”.

El “milagro brasileño” apoyado en políticas sanas ha permitido el control de la inflación, un fantasma que ha aterrorizado a Latinoamérica por décadas y que parece estar desterrado del suelo brasileño gracias a la consistencia de su política económica.

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